Que la pasión siempre gane
Lectura de 5 minutos Desde que era muy pequeña me gustaba imaginar que todos mis sueños se hacían realidad, ahí estaba yo bailando en el escenario de un concierto enorme o teniendo una empresa de manualidades mientras usaba un overol manchado de pintura. Cuando crecí y empecé a trabajar perdí la capacidad de imaginarme cumpliendo esos hermosos y grandes sueños. Pisé demasiada realidad de golpe, tal vez es lo que le ocurre a todo aquel que empieza a sus 17 años a trabajar. Yo recién salía del colegio un año atrás y ahora me tocaba trabajar para poder estudiar a la par. No me queda tiempo para “soñar en tonterías”. Desde ese entonces sentía que los años pasaban rápidos y que yo debía mantenerme alerta todo el tiempo para no quedarme atrás. Así fue que deje olvidados los miles de sueños que moría por cumplir cuando era una adolescente que quería comerse el mundo con su arte. Retomando tus sueños Si nuestro día a día dejara que el