Las fases de mi vida
Muchas veces les menciono en otras entradas del blog, me
tomé mi tiempo para tomar la decisión de renunciar a mi trabajo. Siempre
resalto que tal vez fue un tiempo demasiado largo, pero que fue el tiempo que yo
necesité. Bueno, esta vez le contaré un poco del proceso que llevo a esa
decisión y lo que pasó durante ese largo tiempo. Para que sea más sencillo de
comprender, pasé por masomenos 03 fases.
-vamos con la primera
Cuando tenía unos 19 años empecé a trabajar en empresas
afines a mi carrera , me sentía bien porque casi nadie de la gente que conocía
tenía ese tipo de trabajos, ni ganaba lo que yo, haciendo lo poco que hacía.
Fue un inicio bueno para mí y me gustaba sentirme arriba de un primer escalón.
Sin embargo, estando en un mundo laboral y profesional
siempre vamos apuntando por más y mi siguiente meta era ingresar a una empresa
sólida, reconocida y bastante bien establecida donde pudiera no sólo aprender
mucho y más rápido que en otros lados sino también demostrar mi potencial y
ganarme un sitio.
Entonces se dio, cumplí mis 21 años en una empresa que
cumplía con las características que había puesto como meta, además de tener
buenos beneficios a diferencia de muchas otras y de estar literalmente a 15 min
de mi casa y sin el odiado tráfico de Lima.
Es así como empecé una “etapa novel”. Me fascinaba retarme,
aprender, exigirme, recargarme y seguir mejorando procesos de mi puesto de
trabajo, comencé a aportar, a hacerme notar, luego a resaltar y finalmente a
hacerme de un sitio. Me volví adicta a que reconozcan mi trabajo y caí embobada
en las garras de mi zona cómoda, donde la confianza que tenían en mi chamba se
convirtió en la clave para seguir atada a ese trabajo unos 04 años más.
Luego pensé en aprovechar los aumentos que iba logrando y
decidí empezar a gastar mi dinero en lujos.
-Así empezó mi segunda etapa.
Quería gastar sin culpa y ese fue mi mejor momento hasta
entonces, había podido hacerlo antes porque no ganaba lo suficiente, ya había
dejado de pagarme el instituto, no le debía a nadie porque nunca me gustaron
las deudas, Era perfecto!
Empecé a disfrutar del famoso shopping , ¡qué buena vida! ,
ropa de marca, zapatos de marca, restaurantes de nombre, masajitos para el
estrés, el celular carísimo, salidas con harrrto trago y harta comida cada dos
semanas, regalos que jamás volveré a hacer (asi tenga todo el dinero del mundo)
y obviamente hasta mi debilidad por los postres se volvió cara. Gastar, gastar,
gastar.
Viaje mucho en plan turista, tours todo pagado y súper programado con hoteles que si o si
incluyan piscina y bar.
Ojo, no lo cuento como una fase mala, al contrario, fue algo
por lo que pasé porque así lo quise en ese momento. Hasta ahora recordándola
pienso que fue un buen momento. Una fase necesaria de hacer.
Antes de esto, no había podido hacerlo y era algo que
añoraba, no por los lujos en sí, sino porque era algo que me ganaba con propio
esfuerzo y bajo mi propia formación. Algo así como los beneficios de tu propia
inversión. Fue un escalón más cumplido.
-La última fase fue la que ya conocen de más, la devastadora
cachetada de la rutina y la monotonía en tu mismo lugar de trabajo durante 05
años. Fue el “Resucita! “ que necesitaba para finalmente decidirme.
Para englobar la idea, el dinero puede darnos muchos
beneficios, una atención de salud más rápida, experiencias alucinantes por las
que necesariamente se deben pagar como los deportes extremos que hice en San Andrés(si vas solo una semana y no eres
amigo del dueño) una atención más exclusiva en ciertos lugares, etc etc. El
dinero nunca será malo, el ser un profesional y trabajar para una empresa o
varias por todos los años de tu juventud, tampoco.
Pero lo mío ya había pasado por las fases que necesitaba y
que quería lograr en su momento. Podía permitirme entonces seguir indagando en
lo que se convertirá más adelante en la historia de mi vida.
Tengo un siguiente
peldaño por cumplir que aún no termina de definirse, pero que va avanzando
en el proceso y aún no tengo prisa. Tal vez sea el de mochilear, el de
establecer mi empresa, o el de simplemente lograr mi año sabático.
Tal vez todos deberíamos
separar las fases de lo que vamos viviendo hasta ahora, tal vez si lo haces te
das cuenta que estás estancado en algo, como lo sentía yo, solo ten presente
que todos tenemos un “porque seguimos en algo” o un “porque necesitamos un
cambio pronto”. No hay tiempos establecidos que todos debemos seguir, nuestros
tiempos siempre serán únicos.
Saludos, B.
Comentarios
Publicar un comentario